El Salvador en
lo que a materia de inmigración se refiere, durante años ha orientado los fines
de su política exterior a la ayuda humanitaria prestada a sus connacionales en
el extranjero, para que estos gocen de mejores beneficios en el estado
receptor, así como garantizar el respeto a la dignidad y los derechos humanos
de los migrantes, un ejemplo claro puede observarse en las negociaciones del
Estado salvadoreño para ampliar el TPS, en el caso de los Estados Unidos; esto
además de ser una obligación del Estado por proteger a los connacionales, se ha
ido desarrollando también por el beneficio que los mismos generan en el
incremento del PIB.
La ley que
permite el mecanismo electoral del voto en el exterior fue aprobada por la Asamblea
legislativa el día 24 de enero de 2013, pero las raíces que traen como
consecuencia el resultado del proceso no son recientes, tienen sus orígenes en
la marcada necesidad de implementar una reforma electoral; y es que la participación
político-civil, de nuestros compatriotas en el exterior se había dejado al
margen de las prioridades del Estado.
Poco o nada se había avanzado en el tema
del voto en el exterior para promover una profundización de la participación democrática;
constituyendo así una violación a los derechos ciudadanos de toda persona que
goza de la nacionalidad salvadoreña (ya
sea por nacimiento o por consanguinidad) y que no reside en territorio nacional,
situación que contraviene a la Constitución de El Salvador en su artículo
número 72, que reconoce al sufragio como parte fundamental de los derechos
políticos del ciudadano, y al artículo número 78 que especifica que este voto
debe ser directo, igualitario y secreto.
Es por ello que
desde el 2003 han surgido propuestas y proyectos de ley orientadas a una
reforma electoral que posibilitara el voto en el exterior. Esta demanda surge directamente
desde la ciudadanía, para trascender posteriormente a los líderes de opinión,
grupos sociales y medios de comunicación; logrando así la aprobación de dicha
ley y su posterior reforma, que permite corregir los problemas y
contradicciones constitucionales existentes.
Algo que debe
tomarse como punto central en el análisis es que esta ley abarca una situación
parcial y no una realidad completa, puesto que está diseñada para abarcar
solamente a una parte de la población salvadoreña que reside fuera del país, por
carecer de los recursos y estrategias necesarias para una inclusión general. Si
bien es una tara del proceso, este paso constituye un avance gradual en la
construcción de una verdadera democracia participativa, inclusiva y universal.
De cualquier
forma, la ley del voto en el exterior busca solventar uno los problemas
estructurales que nuestra deteriorada democracia presenta en su seno.
Por esta razón, nos
atrevemos a compartir algunas propuestas que de forma
modesta, se obtuvieron en una investigación sobre el mecanismo del voto en el
exterior utilizando el método de toma de decisiones de Política Exterior:
- Para que el voto en el exterior sea de carácter universal el gobierno de El Salvador junto con la Asamblea Legislativa en apoyo de la Comisión Interinstitucional, deben ampliarse los mecanismos y procesos a otros países donde haya gran cantidad de salvadoreños como en Italia, Australia y otros.
- Modernizar el actual sistema de votación desde el exterior, utilizando medios que requieran menor financiamiento; a modo de disminuir el presupuesto actual aprobado por la Asamblea Legislativa para este fin, puesto que es una inversión demasiado fuerte para ser soportada por las arcas del Estado a largo plazo.
- Para que el Estado salvadoreño no reporte pérdidas por el gasto en sobres del método postal, con bajos porcentajes de empadronamiento, es necesario gestionar la emisión del DUI con una entidad que solamente cobre el número exacto de DUI entregados y paquetes utilizados, posibilitando así el re-direccionar los fondos que no han sido ocupados; o como otra alternativa cancelar un monto inicial y al final del proceso de votación cancelar el resto de porcentaje, pero que este sea directamente proporcional al número de servicio prestado.
- El registro electoral debe implementarse de forma inmediata y eficaz a modo de agilizar el proceso de obtención del DUI y el posterior empadronamiento de los connacionales en el extranjero. Esto mermaría la cansina burocracia que funciona como freno en la voluntad de aquellos que desean participar activamente en el proceso electoral salvadoreño.
- Desarrollar mecanismos efectivos para asegurar el envío y recepción debida del paquete electoral a los salvadoreños facultados para votar, así como también asegurar la confidencialidad y manejo transparente de las papeletas recibidas por el TSE. Además de realizar una campaña de educación oportuna dirigida a los salvadoreños en el exterior con el objetivo de capacitarlos para que puedan ejercer su derecho a sufragio desde el exterior evacuar dudas.
- Implementar la figura del representante en el exterior, funcionarios que formen parte de la Asamblea Legislativa (con sus facultades y competencias), proporcionales al número de connacionales en el exterior y cuya tarea sea velar por los intereses de los mismos. Esto implica a su vez que dicho representante sea electo por los nacionales en el extranjero, puesto que será el quien canalice sus demandas de forma más eficaz y les permite mayores oportunidades en el goce de sus beneficios como ciudadanos del Estado salvadoreño.
- Establecimiento de políticas públicas que propicien la participación política de los salvadoreños en el exterior.