En
nuestros días, los días de la llamada “era de la información” es bastante común
llamar a Facebook y Twitter como “Redes Sociales”, esto no es del todo cierto,
pues en su sentido más amplio no existe una empatía humana real dentro del proceso de
comunicación, todo el contexto en conjunto se vuelve más “frío” y “superficial”. Suele pensarse que interactuar a través de
internet con otras personas es socializar, muchos no compartimos dicha
concepción pues socializar resulta únicamente de la interacción humana
entre dos o más personas, cara a cara y no desde un monitor, teléfono u otro
gadget de forma virtual; este canal le resta calidad a la comunicación. Muchos las conocieron como redes sociales y la gran
mayoría les seguirá llamando así hasta que no se demuestre lo contrario con
estudios sociológicos, psicológicos y científicos en general.
VEAMOS
EL LADO POSITIVO
Las
así llamadas “Redes Sociales” han abierto un espacio que facilita la
interacción virtual entre muchas personas alrededor del mundo, pero jamás podrá igualarse a la interacción que solo podríamos tener en una conversación
real, de cuerpo y mente presentes. Por su naturaleza impersonal las redes
propician malos entendidos ya que cualquiera puede decir lo que piensa, inclusive agrediendo a otros, de igual manera cada quien interpreta según su percepción. En las redes se pueden asegurar cosas en las que se cree, aún si estas son abstractas o imposibles y hasta influir de manera masiva en la gente y eso no asegura que el efecto sea
siempre positivo.
Las
redes virtuales pueden llegar a ser muy útiles en temas de comunicación y
organización, tal es el caso de los acontecimientos más recientes ocurridos en
Brasil, Turquía, Egipto, México, Estados Unidos, Siria, Rusia, y Colombia, en
todos esos casos la gente dejó de lado las palabras por la acción, que solo
quedan en el ámbito virtual y salió a las calles a defender eso que
manifestaban en las redes virtuales.
TODOS
SOMOS CRÍTICOS
Caso
contrario es el de los “cómodos”, de seguro existe una o dos personas entre tus
contactos virtuales, que ha dado cátedra, más de una vez, sobre como gobernar y
resolver los asuntos del país, la situación de ciertos temas o inclusive ha
dado la clave de cómo detener las guerras del mundo; esto tranquilamente desde
la comodidad de su cuarto, escrito en uno o más párrafos…
No
dejemos de lado a los “críticos” de la realidad, muchos son: “revolucionarios”,
otra gran parte “nacionalistas”, otros “anti estatismos”, y en casos desfasados
“anticomunistas”. Estas por solo mencionar algunas, pero en las redes se
encuentran todo tipo de corrientes culturales y de pensamiento en general;
todos están aquí en Twitter y Facebook.
Esta
clase de actividad está liderada por personas que llamaremos en esta ocasión
como: “Gente de Palabras” ¿Por qué? porque sus post en contra del curso que
sigue la actualidad solo quedan en eso, en palabras… ¿Cuántos de esos “líderes
de opinión” realmente hacen algo para cambiar el curso de la realidad?,
¿Cuántas de esas personas son realmente revolucionarios, nacionalistas,
anticomunistas, anti estatistas y demás ideas que defienden a muerte desde un
sillón?
Caso común entre los salvadoreños, nos quejamos
todo el tiempo a través de las redes virtuales sobre cómo deberían ser las
cosas acá, cuando lo ideal sería actuar. Las redes no son algo social, son la
herramienta de todos, las buenas iniciativas no deben quedar solo en palabras…
aquello que se defiende, sostiene y manifiesta, con lógica y justa razón debe
trascender.
Ahora bien, existe también “gente de palabras”
fuera de las redes virtuales, personas que han
solucionado la realidad en más de alguna conversación, cuando
físicamente no han cambiado nada; son de esas personas que se desvanecen en el
tiempo y en lo trascendental, porque sus acciones se quedan en eso, en
palabras.
IDENTIFIQUEMOS
Y EXHORTEMOS A LA ACCIÓN
Claro,
no está demás criticar, denunciar y pensar a través de las redes virtuales,
pero detente y piénsalo un momento ¿Es lo único que puede hacerse?
Estamos en vísperas de elecciones
presidenciales ¡Se viene una tormenta de promesas liderada por gente de
palabras!
Posterior a esta breve reflexión hazte las
siguientes preguntas:
1. ¿A cuántas personas que
son “gente de palabras” conoces?
2. ¿Eres tú, parte de ellas?
3. ¿Eres parte de la solución
o del problema?